SPUNK Y METAFÍSICA
“Post physicam, quia id es de eo, quod est post naturam”.
Domingo Gundisalvo, De divisione philosophiae.
“Aclarar si esta jugada es científicamente la mejor roza lo metafísico”.
Leontxo García

La misma cara se me ha quedado a mí después de intentar, sin éxito, el reencuentro con la lectura tras las cortas vacaciones de verano. Y el caso es que todo iba bastante bien al principio. La introducción al libro, de la mano de un catedrático de la Universidad de Barcelona, estaba resultando realmente interesante: un hombre escondido tras las imágenes de Magritte (no confundir con el inspector Maigret, el personaje de Georges Simenon) y un hombre escondido tras las criaturas de Bacon (no confundir con Francis Bacon, el filósofo) y, bueno, este tipo de cosas. Pero, de pronto, ya metidos en materia, el libro en cuestión se me fue llenando de spunks, spunks sospechosos, volátiles, tenebrosos. Y, finalmente, cuando el ojo derecho se me desprendió del todo chocando distraído contra la mesa, comprendí que aquello, irremisiblemente, se había terminado. Sí, de acuerdo, cabe la posibilidad de que el libro en cuestión me encontrara algo desentrenado, pero ¿se imaginan ustedes al “Yo” como persona lingüística irreductible al “Él”, al “Yo” como conectador o suireferencial? Pues yo tampoco, ¡qué quieren que les diga! Al menos en estos momentos.
¿Me encuentro ante un caso de infección metafísica en toda regla? Depende. Ante el uso y abuso desmedido que, a lo largo de la historia, unos y otros han hecho del término “metafísica”, Ferrater Mora aconsejaba “abstenerse de discutir acerca de si es legítima o no “la” metafísica, o eliminar en lo posible esta palabra del vocabulario filosófico”.
De acuerdo. Entonces, podemos llamar “realista” (abusar de la palabra “spunk” acabará también por agotar el concepto) a esta curiosa manera de ver las cosas. Y, sí, también entiendo que la utilización del término “realista” para señalar a este tipo de personas, a este tipo de comportamientos, puede complicar aún más las investigaciones, pero no encuentro un término más apropiado para definir este complicado asunto, este lío terrible. Daniel C. Dennett, en su reintroducción a El concepto de lo mental, de Gilbert Ryle, lo explica de este modo: “Imaginemos a alguien cuyo entusiasmo por la reflexión metafísica está tan afectado por la inepcia que cuando el banco le informa de que su cuenta está al descubierto se convence a sí mismo de que el moderno sistema bancario ha creado una nueva clase de Sustancia Cósmica: el anti-dinero-en-efectivo convertible en minus-libras-esterlinas, negodólares, euros vacuos, etc. Siendo una persona tan “realista” para todo –concluye Dennett- se convence de que su banco le ha informado de que en un contenedor identificado con su nombre guarda, de algún modo, una cantidad específica de antidinero”. ¡Realista, el tío! ¿Verdad? Más agresivo, si cabe, Peter Medawar (en la traducción estupenda de su famosa sentencia que saboreo en el blog de Javier Sampedro) dispara directamente a la cabeza: “tras un párrafo opaco siempre se oculta un ignorante o una trama delictiva”. Y es aquí, llegados a este punto, cuando empezamos verdaderamente a entendernos. ¿Un nuevo capítulo, quizás, de esa actividad denominada filosofía a mano armada?
En el cuadernillo dedicado a Ludwig Wittgenstein que recientemente ha puesto en circulación la Editorial Tilde, encuentro esta aproximación a la cuestión “metafísica”, a la supuesta “profundidad” del lenguaje filosófico, y a la reivindicación que hace el austriaco del lenguaje ordinario: “Se puede decir, aquí, que la metafísica no es más que una ocupación de pedantes (palabra derivada de pedagogo y que tiene sentido peyorativo: el que camina con otros, enseñándoles conocimientos cuya importancia o prestigio es directamente proporcional a la oscuridad con que se formulan)”.
Wittgenstein, llegado el caso, también ejerció de implacable destructor de sí mismo: “Somos, cuando filosofamos, como salvajes, hombres primitivos, que oyen los modos de expresión de hombres civilizados, los malinterpretan y luego extraen las más extrañas conclusiones de su interpretación”.
4 comentarios
jclavijo -
Magda -
Vila (puse Cila)
Juzgará (puse Jusgará)
Magda -
Como parte de ese tribunal que te jusgará cuando llegue el momento, ya conozco de antemano mi calificación, lo que no se es que número llevará porque sobrepasaría la máxima calificación. Esto es seguro.
Un abrazo para ti.
Enrique -
Señoras mías: les juro que las hormigas picaban con saña, no me dejaban concentrarme en la lectura, y eso es sagrado. Aquí, en casa, sólo me pica la gata, pero a mi gata la puedo.
En cuanto a la tesis: es broma. Pero, ahora: en caso de que escriba algo parecido a una tesis (todo se andará) les juro que serán ustedes, Magda desde Veracruz, y Pini desde Buenos Aires, el Tribunal que me Juzgue.
Magda: ayer leí que Vila-Matas viajaba hacia Veracruz, para participar en un homenaje que, al parecer, le van a hacer a Sergio Pitol. Pues eso, que mucho cuidado, que Vila-Matas es un tío peligroso. Cuídado con las carteras (intelectuales), no vaya a ser que te quite las ganas de leer, escribir, ser tú misma, etcétera, etcétera.
Pini: como siempre las noticias que me llegan de Buenos Aires tienen pequeñas gotas de inestabilidad que no acaban de desvanecerse del todo. Inseguridad Ciudadana, leo. Una manifestación bajo el despacho mismo del Presidente Kirchner. En fin, cuídate mucho, tú y los tuyos.
Ya hablamos, chicas.